Salmón marinado

Salmón fresco, la cantidad que queráis, con los lomos separados, desespinados y con piel

Un ramillete de eneldo fresco o un frasco pequeño de eneldo seco

Sal gorda. Mismo peso que el salmón

Azúcar blanco. La mitad de peso del salmón

Aceite de oliva

Vamos a necesitar un recipiente de plástico o similar, rectangular, donde quepa el pescado y que puedas meter en el frigorífico. También papel film.

Lo ideal es comprar un salmón grande, fresquísimo y que en la pescadería le quiten la cabeza y la espina central y lo dejen abierto por la mitad, de forma que tengas separadas ambas partes del pescado. Aunque también se puede hacer con lomos más pequeños.

En un bol mezclamos bien la sal gorda, el azúcar y el eneldo picadito

Ponemos la mitad de la mezcla en el recipiente en el que hayamos decidido marinar el salmón y colocamos el pescado encima con la piel hacia abajo.

Tapamos el pescado con la otra mitad de la mezcla, el salmón debe quedar totalmente cubierto, que no se vea.

Pon un plástico resistente por encima, solemos cortar papel de film grande, doblarlo por la mitad y con ello cubrir la preparación. Ahora hay que añadir peso arriba (algún brick de leche, o latas de conserva)

Dejamos en el frigorífico entre 12 y 24 horas (depende de si tu salmón es más bien grande o pequeño, y de si lo quieres muy marinado y algo seco o con textura un poco más «cruda»), y una vez transcurridas, sacamos los lomos de salmón y los lavamos bajo el chorro de agua fría, para retirar cualquier resto que pueda quedar de azúcar y sal.

Secamos bien los lomos con papel absorbente y los pintamos con un poco de aceite de oliva

Ahora sería el momento de congelar. Cerramos bien con film cada lomo y congelamos

Cuando queramos consumirlo sacamos un lomo, lo descongelamos bien en el frigorífico y en el momento de presentar añadimos un poco de eneldo